domingo, 27 de marzo de 2011

Intersexualidad

Llevamos tres encuentros. Nuestra primera inexperiencia puede haberos resultado divertida, puede haberos decepcionado, o puede haberos atraído. Hemos iniciado nuestra vida sexual con vosotros, y aquí seguimos en nuestro tercer encuentro, algo más sueltas. Hablamos de masturbación recientemente, algunos os habréis sentido identificados, otros no. Sois estos segundos los que puede que os hayáis aventurado a probarlo. Puede que, como Nina en Cisne Negro, algunos os hayáis animado a conocer vuestro cuerpo algo mejor. De parafilias pasamos a  intersexualidad.

Intersexualidad. ¿Qué es la intersexualidad? Hasta hace poco desconocía este término, y nunca había oído hablar de él. Nuestro profesor nos sugirió una lectura: Los cinco sexos de Anne Fausto-Sterling. Personalmente, recomiendo esta lectura (absolutamente fascinante).

Es posible que estéis más familiarizados con el término: hermafroditismo. Bien, antiguamente éste era el término para la intersexualidad, sin embargo, la intersexualidad hoy en día se entiende como “la condición de un cuerpo que presenta, de forma simultánea, características sexuales masculinas y femeninas”; hermafroditismo sí, PERO en grados variables. Es importante señalar que nadie tiene los “dos conjuntos completos de órganos sexuales”. El término “Intersex” es aplicado en la práctica a cualquier persona nacida con una anatomía diferente a la definida por los médicos como “varón estándar”.

Aunque la intersexualidad no parezca muy común, para que os hagáis a la idea de que no es tan extremadamente inaudita, en los EE.UU. cinco niños al día nacen con esta condición. Según el experto John Money, de la Universidad John Hopkins, los intersexuales “pueden constituir hasta un 4% de los nacimientos

Hermafros, machermafros y hembrermafros
Anne Fausto-Sterling explica que el término intersexo es utilizado para tres complejos grupos principales “con algún grado de mezcla de características de hembra y de macho: los hermafroditas verdaderos, a los que llama hermafros, que poseen un testes y un ovario (los vasos o gónadas que producen esperma y óvulos); los seudohermafroditas machos (los “machermafros”), que tienen testes y algunos aspectos de los genitales propios de la hembra, pero no tienen ovarios; y los seudohermafroditas hembras (los “hembrermafros”), que tienen ovarios y algunos aspectos de los genitales propios del macho, pero carecen de testículos.”

Argumenta que, no solo habría dos sexos, sino cinco e incluso más.

La Intersexualidad gonadal verdadera está caracterizada por la presencia de tejido ovárico y testicular en la misma persona. En algunos de los hermafroditas verdaderos los testículos y ovarios crecen separada pero bilateralmente; en otros crecen juntos dentro del mismo órgano, formando un ovotestes. Por lo menos, una de las gónadas suele funcionar bastante bien, produciendo, o bien esperma, o bien óvulos, así como niveles funcionales de hormonas sexuales.
En contraste con éstos, los seudohermafroditas poseerían dos gónadas de la misma clase, junto con la habitual estructura cromosómica XY o XX. Sin embargo, sus genitales externos y sus características sexuales secundarias no coincidirían  con sus cromosomas.
De este modo, los machermafros tienen testículos y cromosomas XY, pero también tienen vagina y clítoris, y en la pubertad a menudo desarrollan senos. Sin embargo, no menstrúan.
Las hembrermafras tienen ovarios, dos cromosomas X y a veces útero, pero también tienen genitales externos, por lo menos parcialmente de macho.

Orígenes embriológicos de los hermafroditas humanos

La gónada embriónica, generalmente, elige temprano en el desarrollo seguir un sendero, o bien de macho, o bien de hembra; sin embargo, para el hermafrodita esa elección está incumplida. Es importante saber que la etapa de diferenciación del aparato urogenital (urinario y genital) masculino se lleva a cabo en las semanas 9 a la 16, la del urogenital femenino en las semanas 11 a la 15.


Hermafroditas practicantes

En el texto de Anne Fausto-Sterling destaca “la desacostumbrada imparcialidad al referirse a aquellas personas que habían tenido experiencias sexuales como hombres y también como mujeres, como “hermafroditas practicantes”” que tuvo el urólogo Hugh H. Young de la Universidad Johns Hopkins en 1937. Aquí tenéis un pequeño fragmento en el que nuestra autora habla del trabajo de este experto:

“Uno de los casos más interesantes de Young fue una hermafrodita llamada Emma, que había crecido como hembra. Emma tenía tanto un clítoris del tamaño de un pene, como una vagina, lo que le hacía posible tener sexo heterosexual “normal” tanto con hombres como con mujeres. En su adolescencia, Emma había tenido sexo con un cierto número de muchachas por las que había estado profundamente atraída; pero a la edad de diecinueve años se había casado con un hombre. Desafortunadamente, el marido le había dado a Emma poco placer sexual (aunque él no había tenido nada de que quejarse), así fue a lo largo de este matrimonio, sería en otros matrimonios subsiguientes. Emma había tenido paralelamente sus “amiguitas”. Con bastante frecuencia había tenido sexo placentero con ellas. Young describe a su sujeto con la apariencia de “estar bastante contento, e incluso feliz”. En sus conversaciones, Emma ocasionalmente le confió su deseo de ser un hombre, circunstancia que, según Young le explicó, sería relativamente fácil provocar. Pero la réplica de Emma fue un decidido voto a favor del propio interés:
“¿Tendría usted que sacar esta vagina? Eso no me gustaría, porque es mi vale de comida. Si usted hiciera eso, yo tendría que dejar a mi marido e irme a trabajar, así que creo que la conservaré y seguiré siendo como soy. Mi marido me mantiene bien, y aunque no tengo ningún placer sexual con él, tengo muchísimo con mis amigas”.” Los cinco sexos, Anne Fausto-Sterling.
Francies Benton, otra persona llamada “hermafrodita practicante” por Young, “no se preocupaba por su condición, ni deseaba que se le cambiara, y disfrutaba de la vida”.

Cirugía. Polémica.
Parece ser que, en nuestra cultura dividida por sexos, las personas solo pueden llevar a la realidad su potencial de ser felices y productivos, en máximo grado, cuando están seguras de pertenecer a uno de los únicos dos sexos reconocidos.

Dedicaremos una entrada a tratar sobre como la sociedad enfrenta la intersexualidad.

Os dejamos así la pregunta: si vuestro hijo/a naciera intersexual ¿querríais que fuera operado?

1 comentario:

  1. este es un tema muy curioso, y respondiendo a tu pregunta, creo que, como todo operar a un niño, sin saber que va a querer es un riesgo, podrías operarle y que el hubiera preferido ser del otro "sexo" o haber estado "en medio".
    Creo que es un tema que solamente puede decidir el propio individuo, no podemos decidir por nuestros hijos que van a ser

    ResponderEliminar